martes, 14 de marzo de 2023
lunes, 5 de diciembre de 2022
Bloqueos viales entre Pasto y Tumaco
El departamento de Nariño está ubicado en el suroccidente de Colombia y en
su conformación geográfica, contempla su llegada a la cosa del pacifico, a
través de una vía en regulares condiciones que, a lo largo de la misma, tiene
la presencia de varias comunidades negras, e indígenas, las que siempre han
manifestado su preocupación por lo que ellas, consideran el abandono del
Gobierno departamental y nacional.
Es así como, aprovechando la estratégica ubicación geográfica, sus
organizaciones indígenas principalmente, han procedido en múltiples oportunidades
a realizar protestas, por lo que ellos consideran el reclamo de sus justos
derechos.
Sin embargo, han manifestado que en muy pocas ocasiones han sido escuchados
por el Gobierno, situación que a través de organizaciones como las comunidades
indígenas Awa, residentes en municipios como Ricaurte y Barbacoas, en el Pie de
Monter Costero, han salido a realizar acciones de hecho, con el bloqueo de lo
que se conoce en Nariño, como la vía al mar, ocasionado con ello, millonarias pérdidas
resultantes del deterior de alimentos y elementos provenientes del mar
pacifico, con rumbo al interior del país, en donde muchas veces sus alimentos
pierden la cadena de frio, ocasionando un deterioro de los mismos.
Mas problemas
Pero no solo el abandono por obras físicas es el detonante de muchas
protestas, sino también, el continuo asesinato de lideres en la zona, por parte
de grupos al margen de la ley que ocasionan estos hechos.
El periódico El Colombiano, en su edición del pasado 1 de septiembre del
presente año, manifestaba que “La olla a presión de la inseguridad en el
departamento de Nariño está a punto de reventar por una serie de homicidios,
confinamientos y desapariciones, a las que ahora se suma el bloqueo de la vía
Panamericana, un importante corredor vial”.
Todos estos hechos y muchos más, quizá con justo derechos de sus comunidades
han llevado a que se presenten bloqueos viales, y con ello, la protesta de comerciantes
y transportadores ante el Gobierno a fin de que se les garantice la libre movilidad
por la vía.
Estos hechos, por su puesto han traído consigo que el Estado, envíe como
primera medida algunos de sus representantes para iniciar un dialogo y lograr
acuerdos que permiten el levantamiento de los bloqueos y demás.
Intervención de actores
Para el caso que nos ocupa, allí ya intervienen algunas organizaciones de
poder. Por una parte, los indígenas y campesinas, y por otra, los enviados del Gobierno.
Pero como en muchas ocasiones, las soluciones, a través de los diálogos no se
dan los resultados favorables, les corresponde a otros actores, entrar en el
proceso de encontrar soluciones o por lo menos lograr ampliar el circulo de
dialogo para que se puedan solucionar estos inconvenientes.
La Defensoría Nacional del Pueblo, a través de sus funcionarios en Nariño o
incluso con enviados a nivel nacional, son los encargados de ampliar esos
puentes de diálogos. Sus delegados entran a hablar con los representantes de
las comunidades o de organizaciones no gubernamentales que muchas veces
asesoran a los campesinos e indígenas en la búsqueda de estrategias que lleven
a presionar al Gobierno para que acceda a las pretensiones exigidas.
Surgen a los dos actores, anteriores, dos poderes más, La Defensoría del
Pueblo y las directivas de las comunidades indígenas y campesinas o las
organizaciones no gubernamentales.
Pero como muchas veces, detrás de las organizaciones campesinas e indígenas,
desafortunadamente hay actores armados al margen de la ley que obligan a los protestantes
a mantener una línea radical, el Gobierno se ve forzado a utilizar la fuerza
para el desbloqueo vial, y la normalización en el transporte.
Es allí donde nace una situación conflictiva, porque a través de acciones
de hecho, el Esmad o el mismo Ejercito se ven en la obligación de despejar las
zonas de bloqueos.
Primer actor bélico que aparece en escena, el Ejercito.
Sin embargo, para impedir que las fuerzas estatales lleguen a la zona a realizar
los despejes, aparece otro actor bélico, que, en estos casos, generalmente son
grupos rebeldes que actúan en la zona, entre los que se destacan el ELN, las
disidencias de las Farc, y hasta organizaciones de delincuencia común, que
instalan explosivos y hasta atraviesan carros bomba, para que el ejército y demás
fuerzas institucionales no lleguen a la zona del conflicto.
Procedimientos similares
Aunque muchas veces, estos procesos parecen ser el común denominador para acabar
con bloqueo y demás, en varias ocasiones el accionar de algunas entidades como
la Defensoría del Pueblo, permite que estas etapas no se registren.
Precisamente el 3 de septiembre, la Defensoría Nacional del Pueblo referente
a este caso daba a conocer que “gracias al trabajo de mediación de la Defensoría
del Pueblo se logró finalizar una minga indígena que mantenía bloqueada la vía
entre Tumaco y Pasto, a la altura del corregimiento de Llorente, en Tumaco, y
retirar los bloqueos sobre la vía Panamericana”.
Diálogos para desbloquear vía entre Pasto y Tumaco. Foto El Nuevo Siglo
El 4 de octubre del 2022, se presentó otro caso similar que comprometió la
necesidad de actuación de distintas organizaciones estatales y no estatales,
para la solución de un conflicto que en este caso se trataba del bloqueo vial
por parte de las comunidades Camawari que habitan en la zona, argumentando
también abandono del Estado.
Estos ejemplos, son apenas algunos de los múltiples casos que se presentan
entre Pasto y Tumaco, en donde se conoce la presencia y el actuar de estamentos
del Estado y no estatales que intervienen en la solución a de este conflicto.
Rodolfo Pantoja
jueves, 10 de noviembre de 2022
Historia
de Colombia en el Siglo XX
La violencia, los hechos
de sangre, el narcotráfico, la corrupción y muchos males, parecieran quererle
robar a Colombia, sus encantos, tradiciones culturales y el don de sus gentes.
Sin embargo, pese a estos
embates, siempre han existido los nombres y hombres imponentes, denominados
ciudadanos que quieren a toda costa atacar los males y posesionar a nuestro
país, como uno de los más hermosos del mundo.
Parodiando el himno
nacional, todos los colombianos de bien, seguramente deseamos que, entre esos
surcos de dolores, el bien germine y sea el que impere para poder vivir de una
manera tal que podamos disfrutar de todas las bondades nacionales.
Y es que la historia del
siglo XX, si queremos rescatar lo bueno, se mezcla entre el aroma de su café,
entre el triunfo de sus deportistas, entre le bagaje de sus campesinos, entre
la belleza de sus mujeres y, sobre todo, entre ese orgullo que cada ciudadano
siente al exclamar ¡que orgullos me siento de ser un buen colombiano!
Ninguna época en Colombia
ha generado de manera importante tantos cambios y vicisitudes, toda vez que
también ha existido un contraste entre la guerra y el afán por consolidar la
paz.
De guerra en guerra
Para iniciar digamos que
el comienzo del siglo XX fue el reflejo del fin de la guerra de los Mil Días, pero
al final de este también se presentó esa violencia, en la que sectores como la
guerrilla, el paramilitarismo y el narcotráfico, pareciera tripartitamente
tener la intención de acabar con la tranquilidad del país.
Aproximadamente cinco
millones de colombianos hacían parte de la ocupación del territorio al comenzar
el siglo XX, contrario a los casi 45 millones con los que termine el siglo
dando la bienvenida al siglo XXI, en donde se recibía las grandes
transformaciones tecnológicas.
Entre 1899 y el año 1902,
comienzo del siglo XX, se recuerda a nuestro país, por haber sido escenario de
la guerra de los Mil Días, hecho este que marcó la muerte de una gran cantidad
de compatriotas.
El país no acababa de
reponerse de estos tristes años de guerra, muerte y sangre, cundo entre los
años de 1902 y 1903, se daba para Colombia, la perdida de uno de los
territorios que, a lo largo de sus años, le ocasionaría grandes lamentos.
Se trata de la separación
de Panamá, que paso a ser un país independiente, con el aval de los Estados
Unidos que en el fondo miraban en ese territorio, la búsqueda de una gran
alianza comercial, para montar estrategias en Suramérica.
Grandes transformaciones
El quinquenio,
comprendido entre 1904 y 1909, le deja a Colombia, uno de los periodos más representativos
en lo que tiene que ver con el progreso material y las transformaciones
sociales que bajo el gobierno de Rafael Reyes llegaron a distintas regiones del
país, pese a que también se presentaron escenarios en donde atentaron contra su
vida e incluso buscando derrocarlo del poder.
Fue entre 1910 y 1921,
cuando los jóvenes empiezan a manifestarse frente a las determinaciones
oficiales, y es así, como se crea un partido político, que se denominó Unión
Republicana, que llegó al poder abanderado por lo que se considera en sui
momento, lo más inteligente del país, pero que al mismo tiempo consolidaron a su
alrededor grandes sectores de oposición que se convirtieron en obstáculos a lo
que ellos, consideraban el afán de buscar estrategias de cambio para el país.
Pero, el acecho de la
violencia, parecería que se convertiría en Colombia en una constante, y por esa
razón, el año de 1914, es recordado por un episodio que conmovió al país, toda
vez que fue allí, cuando fue asesinado el jefe del partido Liberal Rafael Uribe
Uribe, utilizando para ello, un hacha, y acción que fue atribuida a Leovigildo
Galarza y Jesús Carvajal.
Aunque los jueces
utilizaron todas las estrategias para determinar los actores intelectuales que
habrían mandado a Salazar y Carvajal a protagonizar tan execrable crimen, al
final se concluyó que ellos habrían actuado de manera independiente, hecho que
para muchos sectores fue incrédulo.
Pero tal pareciera que no
solo los hechos de violencia golpearían la nación, y fue así como en el año de
1918. Colombia enfrenta una gran peste, la misma que ocasionó gran cantidad de
muertos, entre los que se destacan los decesos ocurridos en Bogotá, en donde
llegaron a los seis mil y más de diez mil en todo el país.
La guerra, una constante
La guerra, seguía siendo
una constante, toda vez que entre los años de 1918 y 1922, se avizoraba una de
las grandes crisis para nuestro país, toda vez que el reflejo de la primera
guerra mundial repercutiría igualmente en esta región de América.
La administración de
Marco Fidel Suarez le correspondió enfrentar estos hechos, situación que
incluso le causó su renuncia a la Presidencia, hecho esto que fue discutido,
toda vez que varios sectores afirman que este solo había pedido una licencia,
pero lo cierto es que jamás regreso al poder.
Transcurría el tiempo y
todo parecía en completa normalidad. Sin embargo, fue en el año de 1928, cuando
el registro histórico, nos lleva a conocer que una protesta de los sectores
trabajadores al servicio de la compañía Unidad Fruit Company fue reprimida a
bala tras una acción ordenada por el general Carlos Cortes Vargas, hecho este
que finalmente dejó un saldo de 47 muertos según cifras entregados por el
Gobierno, pero una cifra muy diferente, de 1.500 muertos, según las cifras
reportadas por los trabajadores.
Este hecho ocasionó la
caída del Partido Conservador y el cambio de régimen, pero también fue conocida
como el inicio de la protesta social en nuestro país.
Con la caída del imperio
azul, fue el Partido Liberal, el que logró retomar el poder por los diez años
siguientes, en lo que se conoció como la generación del Centenario.
Fue Enrique Olaya
Herrera, uno de sus protagonistas y fue en esa época, en donde Colombia entró a
un proceso de comunicaciones que la llevaron a la construcción de
ferrocarriles, y otras alternativas viales.
A la par con estas
acciones, se logró consolidar una serie de obras públicas que cambiaron la
historia del país, pero además se presentaron avances en los asuntos
relacionados con la educación y las comunicaciones.
Desarrollo nacional
Debido a estos logros,
esta época fue conocida como la era dorada del siglo XX colombiano, y fueron
esas épocas las que marcaron procesos de desarrollo nacional.
Pero estos tiempos de
alegría contrastan de inmediato con otros, que a nivel internacional logran
tocar a nuestro país.
Tal es el caso del
ocurrido en 1932, cuando el Perú, país con el que Colombia, ya había tenido un conflicto
en años anteriores, vuelve a ser protagonista al volver a invadir a nuestro
país, a través del territorio amazónico, pleito este que tuvo una duración de
tres meses, el mismo que posteriormente fue zanjado a través de lo que se
conoció como el Protocolo de Rio de Janeiro, que reconoció los derechos de
Colombia, sobre el territorio invadido por la vecina nación.
Lleva para esa época, un
tiempo en el que se manifestaron las expresiones sociales y es cuando surgen el
primer gobierno de Alfonso López, mandato en el que se inyectaron grandes
reformas a la Constitución, proceso este que se identifica como “La Revolución
en Marcha”.
Pero junto a este proceso
considerado válido para algunos sectores, se convertía también en preocupación
para otros, y fue así como entre los años de 1943 y 1945, en el que se presentó
la segunda administración de Alfonso López Pumarejo, se presentaron una serie
de escándalos que la oposición conservadora los aprovechó al máximo y a través
de su líder Laureano Gómez, logró cultivar ese momento, que incluso envolvieron
con una debate que se le hizo a uno de los hijos del Presidente en el Congresos
de la república, a quien acusaban de tráfico de influencias, en lo que fue
conocido como el asunto de la Andel.
Sin embargo, aunque la
situación era muy tensa entre los partidos conservador y liberal, en donde
había mutuas acusaciones de todas las características, nadie se imaginaba que
lo peor apenas estaba por comenzar, en materia de violencia política.
Fue el 9 de abril de
1948, cuando se encontraba en plena vigencia las ideas y el discurso
protagonizado por el dirigente liberal Jorge Eliecer Gaitán, quien aseguraba prácticamente
el triunfo electoral en el año siguiente.
Sangre por doquier
Sin embargo, ese día, la
historia política estaría para ser enmarcada con sangre, toda vez que el asesinato
de la dirigente cambiaria, según algunos sectores, la historia política del
país.
Jorge Eliecer Gaitán, encabezaba
la oposición al gobierno conservador de Ospina Pérez, teniendo como bandera
principal la necesidad de acabar con la guerra de sangre que por esos días se
imponía en varios territorios.
Fue así como con tres
disparos, se acabó con la vida, de quien era reconocido como el caudillo de la
época, hecho este que ocurrió en la carrera 7ª con la calle 14 en la capital de
la república.
El asesinato de Gaitán
dio pie para que creciera la violencia y se presentaron hechos como la clausura
del Parlamento, instituida la censura de prensa y recortadas las garantías
constitucionales.
Es quizá una época para
enmarcar en Colombia, toda vez que los hechos de violencia, especialmente contra
algunos sectores campesinos, dieron pie para que se empiece un proceso de
organización de guerrillas, las mismas que iniciaron con su conformación en los
Llanos Orientales
A la par con estas
acciones de guerra, violencia y terror, la creatividad y diversidad de los colombianos,
la misma que pareciera no tener fin, daba pie a la institucionalización de
actos sociales, entre los que se cuenta la creación del concurso nacional de
belleza, que se institucionalizó en Cartagena, el mismo que en el mes de
noviembre, se encargaría de dar pie a momentos frescos y de alegría, alrededor de
la belleza femenina.
Pero, como pareciera, que
la historia de Colombia tiene que estar ligada siempre a los hechos de violencia
y demás, entre 1953 y 1957, se siguen presentando hechos considerados críticos
en materia de gobernabilidad.
El golpe de Estado
Ante las crisis de los
partidos y gobernabilidad se presenta un inusitado hecho relacionado con la
toma del poder por parte del comandante de las fuerzas armadas, el teniente
general Gustavo Rojas Pinilla, quien con el apoyo del partido liberal y una
parte de los conservadores se toma el poder, derrocando al presidente Laureano Gómez,
obligándolo a exiliarse.
Esos años enmarcan
también procesos de desarrollo para el país, toda vez que es cuando llega la
televisión a Colombia, hecho tecnológico este que se estrena, precisamente con
una emisión cuyo objetivo central estaba basado en dar a conocer los logros más
importantes a nivel nacional obtenidos por el gobierno del General Rojas
Pinilla.
Durante la época de la
dictadura y gracias a la propuesta del general Rojas Pinilla, en el sentido de
lograr una pacifica con, se disminuyó el poder de estas.
Sin embargo, diez años
después, las guerrillas surgen como movimientos consolidados, comandadas por la
época por Manuel Marulanda Vélez, alias tiro fijo, tomando como nombre de
Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Farc.
Un año después y en plena
vigencia de la aparición de los grupos guerrilleros surge el Ejército de Liberación
Nacional, Eln, el mismo que se ha mantenido vigente en los últimos años.
Tras la época “dorada” de
Gustavo Rojas Pinilla, en el poder, derivando una dictadura, surgieron movimientos
de oposición, liderados por sectores conservadores y liberales, hechos estos
que ocasionaron su caída en 1957.
De inmediato se convocó
un plebiscito que terminó con la reforma de la constitución, y de donde surgió
el llamado Frente Nacional que consistía en una alternación de poderes entre
liberales y conservadores proceso este que sirvió para aplacar el sectarismo.
Se destaca en los años
sesenta, el mandato de Carlos Lleras Restrepo, por su conocimiento e influencia
en los temas económicos.
Estatuto cambiario
Este periodo es conocido
con la concepción de la intervención del Estado en la Economía en donde se
plantean interesantes teorías de estas características que terminan con una
figura del manejo del país, conocida como el Estatuto Cambiario que se dio en
1967, para luego dar pie, un año después a la reforma constitucional de 1968,
que otorgó el rango constitucional a la planeación económica de Colombia.
Sin embargo, los temas
económicos de manejo del gobierno contrastaban, y de lejos con otras formas de
economía que de manera ilícita se apoderaban del país.
El surgimiento del narcotráfico
se constituía a partir de ese momento, como un factor de incidencia directa en
la economía.
El cultivo de la
marihuana y su futura exportación, hacia visibilizar que la economía colombiana
se vería afectada de manera directa por los recursos ilícitos que se derivaban
de estos procesos.
Sin embargo, el problema
mayúsculo apenas estaba por empezar, toda vez que luego de la exportación de la
marihuana empezaría el gran negocio de exportación de cocaína, situación que
daría inicio a una de las etapas de violencia más grandes en Colombia, al ser
este el caldo de cultivos de las grandes masacres, corrupción entre las
entidades del Estado, al igual que las muertes por venganzas entre carteles y
otras acciones que derivaron la muerte y hechos de violencia que hoy son parte
de la historia triste de nuestro país.
La organización de los grandes
carteles de la mafia, encabezado por Pablo Escobar Gaviria, como el cabecilla
del cartel de Medellín y de los hermanos Rodríguez Orejuela, quienes
encabezaban una organización similar en el Valle del Cauca, a más de las decenas
de organizaciones de esas características que se formaron a lo largo y ancho
del país, sirvieron igualmente para contribuir a los grandes hechos de
violencia en Colombia.
El paramilitarismo
Los años setenta y
posteriores han sido marcados como la parte de la historia a la que Colombia le
correspondió y le sigue correspondiendo enfrentar estas acciones.
Estos hechos llevaron a
que surgieran las organizaciones de justicia privada, patrocinadas por los
grupos de narcotráfico, toda vez que se hacía necesario para ellos, demostrar
su poder militar que les diera respeto y Madrid.
Debido a que las mismas
guerrillas quisieron presionarlos económicamente para que les aportaron con
millonarios recursos para su sostenimiento, empezaron a aparecer otras organizaciones
que con el apoyo de algunas fuerzas institucionales se aliaron dando nacimiento
a los paramilitares, que igualmente se convirtieron en actores del crimen y de
hechos violentos.
Mas tarde, estos terminarían
adelantando un proceso de paz con el gobierno de Álvaro Uribe Vélez, pero ante
el incumplimiento de compromisos por varios de ellos, sus jefes en su mayoría
terminaron extraditados a los Estados Unidos.
Pero pese a estos casos,
lo cierto es que miles de personas resultaron asesinadas por estos grupos y hoy
muchas familias aun esperan que se conozca el sitio donde fueron asesinados o
enterrados para recuperar sus restos.
Estos hechos de
violencia, resultado de la combinación de narcotráfico, guerrillas,
paramilitares, corrupción, delincuencia común, entre otras, ocasionó que el
país, entrara en una etapa de crisis institucional.
Esto provocó que los
jóvenes se organizaran y empezaran a hablar de la necesidad de una nueva constitución.
A través de un proceso
denominado la Séptima Papeleta, se adentraron en la organización de un proceso cuyo
final sería la convocatoria a una nueva constituyente.
Asamblea Nacional
Constituyente
En 1991, se realiza su
convocatoria y al final se logra promulgar una nueva Constitución que
reemplazaría la de 1886.
Fueron setenta los
delegados elegidos para lograr finalmente la redacción de este nuevo documento,
número al que se le aumentaron cuatro delegados más, con voz, pero sin voto, de
organizaciones como el Ejército Popular de Liberación (EPL), dos por el Partido
Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y otro por el Movimiento Armado
Quintín Lame.
Este se convertiría en el
cierre más importante para Colombia, toda vez que incluso a partir de la nueva
Constitución, se inicia un proceso en el que aparecen algunas entidades como La
Fiscalía General de la Nación, La Defensoría del Pueblo, entre otras que han
logrado un reconocimiento especial en los últimos años.
Finalmente digamos que
los gobiernos de Virgilio Barco, ente 1986 y 1990, César Gaviria Trujillo,
entre 1990 y 1994, Ernesto Samper Pizano, entre 1994 y 1998 y Andrés Pastrana
entre 1998 y 2002, cerraron el mandato institucional de Colombia en el siglo
XX.
Presidentes
de Colombia en el Siglo XX
Hechos ocurridos en el siglo XX
Para la realización del presente trabajo, tuve la oportunidad de dialogar
con algunos personajes de la región, Pasto, sobre lo que se recuerda de
acciones ocurridas en el siglo XX.
Guillermo Narváez, es un economista, exrector de la Universidad de Nariño y
me cuenta que entre los años de 1970 y 1980, Colombia enfrenta por ejemplo, una
gran curiosidad por el cine, a través de películas que se realizaban en los
Estados Unidos, y pese a llegar muy tarde a Colombia, siempre eran considerados
como estrenos nacionales.
La televisión, en la década de 1950 y 1960, también fue otro de los
acontecimientos que marcó la historia en Colombia, toda vez que por primera vez
se empezaba a conocer, así sea a través de pregrabados, los hechos, con
imágenes ocurridos en nuestro país y el mundo, a través de los denominados
cables internacionales.
En cuanto a orden público, los hechos más trágicos ocurridos en Colombia,
según Guillermo Narváez, tiene que ver con la incineración del Palacio de
Justicia perpetrada por el M19, en el Gobierno de Belisario Betancourt.
La historia de los hechos ocurridos en el siglo XX nos narra el docente
Narváez, no pueden dejar por fuera al mayor desastre nacional ocurrido, y conocido
como la tragedia de Armero.
Fue el 13 de noviembre de 1985 cuando tras una erupción del volcán Nevado
del Ruiz, hubo una afectación que cubrió los departamentos de Caldas y Tolima,
con un gran número de muertos.
Fechas especiales del siglo XX
El 7 de agosto de 1910, hubo una gran reforma de la Constitución de 1886
El 5 de siembre de 1919 es considerada la fecha del inicio de la aviación
en Colombia
El 1 de octubre de 1936, fue la fecha en el que el Gobierno de Alfonso
López Pumarejo, realiza una nueva reforma a la Constitución de 1886, dando pie
al sindicalismo y el derecho a la huelga.
El 1 de enero de 1950, se recuerda como el inicio de las guerrillas de
Colombia.
Estas son organizadas por los liberales y su epicentro de sitúa en los Llanos
Orientales.
El 18 de agosto de 1989,
asesinan al caudillo Luis Carlos Galán.
El 6 de noviembre de
1985, se realiza la toma del palacio de justicia por parte del M19
El 6 de diciembre de
1989, se realiza uno de los atentados más repudiables que terminó con el edifico
del Das en Bogotá. El hecho fue atribuido al cartel de Medellín.
Registro de hechos locales
Si bien en la actualidad,
resido en Pasto, capital del departamento de Nariño, mi municipio natal es Linares,
localidad localizada a 90 kilómetros de Pasto.
Fue allí en donde pasé gran parte de mi infancia, adolescencia y juventud, y en
donde particularmente tuve la oportunidad de desempeñarme laboralmente, especialmente
en entidades de carácter público.
Como recuerdo del
siglo XX, es que quizá en lo personal me han marcado hechos políticos, como el asesinato
de Luis Carlos Galán, movimiento en el que yo ejercía en el liderazgo local, desempeñándome
como concejal precisamente por ese partido político.
Sin embargo, también
en lo pequeños pueblos, como a nivel nacional han existido las diferencias políticas
que nos han llevado a procesos de polarización, y sin bien es cierto en un determinado
momento, estrás se circunscribían a los dos partidos tradiciones, liberal y conservador,
posteriormente esa polarización creció con la aparición de otros movimientos os
políticos que marcaron el devenir de los municipios.
Al igual que en
el ámbito departamental y nacional, también, en los pueblos sucedieron hechos que,
desde lo político, marcan la historia de los municipios.
Tal es el caso del
ingrato recuerdo sucedido en esa localidad, cuando en el año de 1992, finales,
del siglo XX, se presentó el asesinato de dos dirigentes, Jorge Zambrano, quien
había sido alcalde, y el señor Antonio Rosero, quien se desempeñaba como concejal
del municipio.
Los hechos fueron
atribuidos a la guerrilla de las Farc, que por esos tiempos tenían un gran poder
en esa localidad.
Al igual que estos,
seguramente muchos hechos hacen parte del contexto lo local, que como lo afirma
nuestra tutora, si bien es cierto, muchas veces no son visibilizados, también hacer
parte de la historia de las regiones.
lunes, 26 de septiembre de 2022
Historia de Colombia en el siglo XIX
domingo, 31 de octubre de 2021
Política y realidad de Colombia
(Introducción)
Colombia, a pesar de las circunstancias
difíciles que ha atravesado en distintos temas, desde el orden público, hasta
los desastres que se han ocasionado por diferentes circunstancias, sigue siendo
uno de los países en Latinoamérica que encierra muchas fortalezas que vale la
pena reconocerlas.
Ha sido un país emblemático por excelencia
en temas relacionados con la cultura, con sus costumbres, pero también en el
ámbito político, sus habitantes han sido calificados como respetuosos de las
leyes y de las costumbres.
(Síntesis )
Aunque en circunstancias diversas se ha
denunciado que los asuntos relacionados con la corrupción, la han marcado con
un inri para el mundo, también es cierto que hoy por hoy existen muchos de sus
personajes que reciben sus castigos por estas acciones, especialmente por los
actos cometidos en el sector público.
Lo anterior, para manifestar que, con base
en algunas teorías de gobierno, al igual que en otros países, también suelen
aplicarse principios en donde los poderes dominantes siempre serán los
encargados de tomar las determinaciones en distintos frentes, en donde por su
puesto no se escapan las acciones políticas que son fundamentales en una
democracia.
Si bien es cierto en Colombia, existen
estos principios, los democráticos, para demostrar que seguimos fortalecidos en
ese sistema de gobierno, también es cierto que de allí se han desprendido
muchos problemas ligados a las acciones que cada día se presentan, teniendo
como base fundamental los principios de poder de los más fuertes sobre los
débiles, quienes deben someterse muchas veces a los procesos de gobierno, así
estos no les sean los que más convencen y satisfacen en su gobernabilidad.
Para nadie es un secreto que ante las
acciones emprendidas por diferentes gobiernos, quienes muchas veces han
pretendido extralimitarse en sus quehaceres desde su poder gobernabilidad, distintas
sectores sociales han buscado organizarse para lograr, lo que ellos han
denominado reivindicaciones, contempladas estas desde lo laboral, económico y
social que muchas veces los han llevado a tomar acciones de hecho que han
terminado en desorden público, con represalias por parte de las fuerzas del
Estado.
Colombia, particularmente desde lo
jurídico, recordemos que es un Estado de
Derecho y por eso, sin bien es cierto, incluso desde lo constitucional está
contemplado la posibilidad que se puedan
adelantar acciones de protesta y de reclamo, repito, respetando lo
constitucional, también es cierto que, todos sus habitantes estamos obligados a
respetar las normas que a lo largo de muchos años han sido las que de manera
obligatoria tenemos que considerarlas, incluso muchas veces guardando nuestras propias críticas a las
mismas.
Hoy las circunstancias del país, y con
base en las manifestaciones sociales que meses atrás se registraron en nuestro
país, seguramente los gobernantes se verán obligados a ajustar sus
determinaciones para que estas influyan directamente en el bienestar de sus gobernados.
Las protestas, las marchas sociales, las
acciones de hecho e incluso el pronunciamiento de organizaciones
internacionales, entre las que se cuenta las Ongs, servirán seguramente par que
se tomen medidas más sociales.
Estos sin lugar a duda se constituyen en
uno de los principios de la teoría marxiana, en donde el pueblo tiene el
derecho de sublevarse y desde luego a través de luchas sociales hacer valer sus
reivindicaciones, hechos que a todas luces son válidas, incluso como ya lo
anoté con anterioridad, existe para ello, la posibilidad de acudir a las
herramientas constitucionales para lograr tales propósitos.
Hoy, para dar cuenta de todas estas
acciones, surge la posibilidad que sean los sectores jóvenes, los que
aprovechen precisamente esas herramientas o si se quiere esas armas constitucionales,
para que, a través de las urnas, puedan expresar sus pensamientos y proceder a
adelantar acciones constitucionales que permitan cambiar las costumbres del
país y desde luego, aunque siendo un poco optimistas el sistema de gobierno que
por muchos años ha imperado.
Para nadie es un secreto que muchos
sectores del país, especialmente los jóvenes han mostrado en los últimos
tiempos su deseo de conseguir cambios fundamentales que vayan ligados precisamente
a la modificación de las costumbres que hoy nos gobiernan y con ello, sin lugar
a duda en el avance de procesos que ellos consideran son fundamentales para un
mejor país.
Pero dichos procesos, deben ir ligados a
un proceso, precisamente de respeto a los principios constitucionales que hoy
son fundamentales para poder desarrollar estas acciones.
El principio de autoridad en una
democracia debe ser precisamente un principio que no se puede negociar ante
ninguna circunstancia, menos con el accionar de hechos violentos que sean
impulsados por actores muchas veces ajenos a los organizadores de marchas
sociales, cuyo objetivo central es la de lograr cambios que ellos consideran
deben ser estructurales en un país.
(Relación de las
lecturas. Una de ellas)
Entonces, tal como lo narra Enrique
Dussel, en su libro 20 Tesis de la Política, se debe considerar que “La acción
propiamente política, que no es por su naturaleza violenta o dominadora (porque
destruiría en su esencia al poder político y debilitaría la potestas dejándola
sin fundamento) ni puede intentar tampoco una democracia directa siempre de
unanimidad, es en el mejor de los casos "hegemónica" (por el consenso
de la mayoría determinante). EI consenso, que une las, y voluntades y ata al
poder como fuerza conjunta, se puede alcanzar, pero nunca de manera perfecta (perfección
de acuerdos seria, nuevamente, unanimidad)”.
(Análisis crítico)
Dicho lo anterior queda claro que precisamente
uno de los principios de la democracia, es precisamente tener como válidas las
acciones de respeto por la diferencia de criterios, que en cualquier momento
puedan surgir, en el entendido que la unanimidad de pensamientos y de
actuaciones en el país, solo llevaría a que se debiliten los criterios y las
acciones que alimentan la controversia, dentro de un accionar democrático.
Dicho lo anterior, en Colombia, con todos
los errores que se pueden presentar en sus procedimientos de participación y
accionar de los distintos sectores, se puede y se debe seguir defendiendo la
posibilidad de están enmarcados dentro de un proceso democrático que sin lugar
a duda muchos habitantes de países vecinos desearían tener precisamente para
poder combatir dentro de los sanos principios que sobre estos temas se pueden
debatir.
(Conclusión)
Queda con lo anterior demostrado que, en
Colombia, así se desconozca por parte de algunos sectores, que existe la
posibilidad de controvertir de una manera civilizada, dejando atrás los
insultos, calumnias, que surgen como consecuencia de la polarización de la que
ha sido víctima Colombia y que quizá hacia le futuro, se espera que solo sea
parte de un ciclo de la historia en nuestro país que se debe borrar lo más
pronto.
Rodolfo Pantoja Pantoja
Ciencias Políticas