Política y realidad de Colombia
(Introducción)
Colombia, a pesar de las circunstancias
difíciles que ha atravesado en distintos temas, desde el orden público, hasta
los desastres que se han ocasionado por diferentes circunstancias, sigue siendo
uno de los países en Latinoamérica que encierra muchas fortalezas que vale la
pena reconocerlas.
Ha sido un país emblemático por excelencia
en temas relacionados con la cultura, con sus costumbres, pero también en el
ámbito político, sus habitantes han sido calificados como respetuosos de las
leyes y de las costumbres.
(Síntesis )
Aunque en circunstancias diversas se ha
denunciado que los asuntos relacionados con la corrupción, la han marcado con
un inri para el mundo, también es cierto que hoy por hoy existen muchos de sus
personajes que reciben sus castigos por estas acciones, especialmente por los
actos cometidos en el sector público.
Lo anterior, para manifestar que, con base
en algunas teorías de gobierno, al igual que en otros países, también suelen
aplicarse principios en donde los poderes dominantes siempre serán los
encargados de tomar las determinaciones en distintos frentes, en donde por su
puesto no se escapan las acciones políticas que son fundamentales en una
democracia.
Si bien es cierto en Colombia, existen
estos principios, los democráticos, para demostrar que seguimos fortalecidos en
ese sistema de gobierno, también es cierto que de allí se han desprendido
muchos problemas ligados a las acciones que cada día se presentan, teniendo
como base fundamental los principios de poder de los más fuertes sobre los
débiles, quienes deben someterse muchas veces a los procesos de gobierno, así
estos no les sean los que más convencen y satisfacen en su gobernabilidad.
Para nadie es un secreto que ante las
acciones emprendidas por diferentes gobiernos, quienes muchas veces han
pretendido extralimitarse en sus quehaceres desde su poder gobernabilidad, distintas
sectores sociales han buscado organizarse para lograr, lo que ellos han
denominado reivindicaciones, contempladas estas desde lo laboral, económico y
social que muchas veces los han llevado a tomar acciones de hecho que han
terminado en desorden público, con represalias por parte de las fuerzas del
Estado.
Colombia, particularmente desde lo
jurídico, recordemos que es un Estado de
Derecho y por eso, sin bien es cierto, incluso desde lo constitucional está
contemplado la posibilidad que se puedan
adelantar acciones de protesta y de reclamo, repito, respetando lo
constitucional, también es cierto que, todos sus habitantes estamos obligados a
respetar las normas que a lo largo de muchos años han sido las que de manera
obligatoria tenemos que considerarlas, incluso muchas veces guardando nuestras propias críticas a las
mismas.
Hoy las circunstancias del país, y con
base en las manifestaciones sociales que meses atrás se registraron en nuestro
país, seguramente los gobernantes se verán obligados a ajustar sus
determinaciones para que estas influyan directamente en el bienestar de sus gobernados.
Las protestas, las marchas sociales, las
acciones de hecho e incluso el pronunciamiento de organizaciones
internacionales, entre las que se cuenta las Ongs, servirán seguramente par que
se tomen medidas más sociales.
Estos sin lugar a duda se constituyen en
uno de los principios de la teoría marxiana, en donde el pueblo tiene el
derecho de sublevarse y desde luego a través de luchas sociales hacer valer sus
reivindicaciones, hechos que a todas luces son válidas, incluso como ya lo
anoté con anterioridad, existe para ello, la posibilidad de acudir a las
herramientas constitucionales para lograr tales propósitos.
Hoy, para dar cuenta de todas estas
acciones, surge la posibilidad que sean los sectores jóvenes, los que
aprovechen precisamente esas herramientas o si se quiere esas armas constitucionales,
para que, a través de las urnas, puedan expresar sus pensamientos y proceder a
adelantar acciones constitucionales que permitan cambiar las costumbres del
país y desde luego, aunque siendo un poco optimistas el sistema de gobierno que
por muchos años ha imperado.
Para nadie es un secreto que muchos
sectores del país, especialmente los jóvenes han mostrado en los últimos
tiempos su deseo de conseguir cambios fundamentales que vayan ligados precisamente
a la modificación de las costumbres que hoy nos gobiernan y con ello, sin lugar
a duda en el avance de procesos que ellos consideran son fundamentales para un
mejor país.
Pero dichos procesos, deben ir ligados a
un proceso, precisamente de respeto a los principios constitucionales que hoy
son fundamentales para poder desarrollar estas acciones.
El principio de autoridad en una
democracia debe ser precisamente un principio que no se puede negociar ante
ninguna circunstancia, menos con el accionar de hechos violentos que sean
impulsados por actores muchas veces ajenos a los organizadores de marchas
sociales, cuyo objetivo central es la de lograr cambios que ellos consideran
deben ser estructurales en un país.
(Relación de las
lecturas. Una de ellas)
Entonces, tal como lo narra Enrique
Dussel, en su libro 20 Tesis de la Política, se debe considerar que “La acción
propiamente política, que no es por su naturaleza violenta o dominadora (porque
destruiría en su esencia al poder político y debilitaría la potestas dejándola
sin fundamento) ni puede intentar tampoco una democracia directa siempre de
unanimidad, es en el mejor de los casos "hegemónica" (por el consenso
de la mayoría determinante). EI consenso, que une las, y voluntades y ata al
poder como fuerza conjunta, se puede alcanzar, pero nunca de manera perfecta (perfección
de acuerdos seria, nuevamente, unanimidad)”.
(Análisis crítico)
Dicho lo anterior queda claro que precisamente
uno de los principios de la democracia, es precisamente tener como válidas las
acciones de respeto por la diferencia de criterios, que en cualquier momento
puedan surgir, en el entendido que la unanimidad de pensamientos y de
actuaciones en el país, solo llevaría a que se debiliten los criterios y las
acciones que alimentan la controversia, dentro de un accionar democrático.
Dicho lo anterior, en Colombia, con todos
los errores que se pueden presentar en sus procedimientos de participación y
accionar de los distintos sectores, se puede y se debe seguir defendiendo la
posibilidad de están enmarcados dentro de un proceso democrático que sin lugar
a duda muchos habitantes de países vecinos desearían tener precisamente para
poder combatir dentro de los sanos principios que sobre estos temas se pueden
debatir.
(Conclusión)
Queda con lo anterior demostrado que, en
Colombia, así se desconozca por parte de algunos sectores, que existe la
posibilidad de controvertir de una manera civilizada, dejando atrás los
insultos, calumnias, que surgen como consecuencia de la polarización de la que
ha sido víctima Colombia y que quizá hacia le futuro, se espera que solo sea
parte de un ciclo de la historia en nuestro país que se debe borrar lo más
pronto.
Rodolfo Pantoja Pantoja
Ciencias Políticas